viernes, 4 de abril de 2014

INMUEBLES AIROSOS COMO OPORTUNIDAD DE INVERSIÓN

inmuebles para arriba
De acuerdo con un relevamiento del Departamento de Estudios del Grupo Edisur, cada peso invertido en inmuebles en 2002 se convirtió a febrero de 2014 en aproximadamente $ 16, más del doble de la rentabilidad obtenida en dólares y tres veces más que la de plazos fijos, alternativas de inversión populares en el país.
“Tomando en consideracion el Índice de Costo de la Construcción que elabora la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO) y suponiendo que el margen de las empresas desarrollistas es relativamente constante, se puede convenir que este índice sirve de indicador respecto de la evolución del precio de las propiedades. En la última década, el valor de los inmuebles evolucionó en sintonía con las variaciones en los precios y en el tipo de cambio. Por otra parte, hay que tener en cuenta que, aunque en el largo plazo el precio de los inmuebles crece en períodos inflacionarios y o circunstancias devaluatorias, se acomoda a una velocidad menor que los movimientos de la economía. Así, ante una devaluación resulta una oportunidad adquirir inmuebles antes de que se efectivice el ajuste de los precios”, indica la desarrolladora cordobesa
DÓLAR CON TRABAS
En cuanto a la moneda norteamericana, también un clásico refugio de los argentinos a la hora de salvaguardar ahorros, se vio dificultada desde la implementación, a fines de 2011, de mayores controles en el mercado cambiario. A partir de entonces, se generó un mercado paralelo de compra y venta de divisas. Esta situación produjo una diferencia entre el mercado informal y el oficial que alcanzó el 50% a comienzos de 2014. En efecto, desde 2011, el valor del dólar recuperó más de un 30 % respecto del valor de los inmuebles.
Si se toman los datos de la última década, el dólar informal muestra un rendimiento 50% mayor al de los plazos fijos. Por cada peso invertido en moneda extranjera desde el año 2002, hoy se tienen siete pesos, mientras que si se hace el mismo ejercicio para los plazos fijos no se alcanzan los cinco pesos. Sin embargo, este rendimiento se mantiene alejado del incremento del valor de los inmuebles, inversión con la cual se hubiesen obtenido 16 pesos.
Concluye el informe que desde 2002 quien decidió aplicar sus ingresos a plazo fijo obtuvo un tercio de la rentabilidad que hubiese obtenido si lo aplicaba a los inmuebles en el mismo período.
En un escenario como el actual, incluso con un incremento significativo de las tasas reales, se presentan riesgos al inmovilizar capitales en un contexto de volatilidad inflacionaria y cambiaria. Si las tasas reales anuales de los plazos fijos fueran positivas, aún siendo atractivas, no existe cobertura para el inversor ante un aumento del tipo de cambio o de la inflación. En este caso, si las tasas se tornan negativas, la inversión en plazo fijo generaría pérdidas de poder adquisitivo.
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